Hace ya dos
semanas que aterricé aquí en Riyadh y hasta hoy no he encontrado tiempo para
comenzar a escribir en el blog e inaugurarlo por fin. Por no tener internet,
por carga de trabajo… y otro tema que ya comentaré, he tardado más de lo que me
habría gustado en subir mi primer post.
Este blog no
tiene más intención que la de permitir a la familia, amigos o a quien le pueda
interesar saber un poco sobre esta aventura que es trasladarse a un país tan
distinto desde todos los puntos de vista como es Arabia Saudí, donde el choque
cultural es inevitable y brutal.
La verdad es que
este choque, en mi caso, se produjo incluso antes de pisar suelo saudita. Yo
viajé con Turkish Airlines desde Madrid, con escala en Estambul, y fue ya en
este aeropuerto donde comencé a notarlo. Apenas si tuve media hora de espera
entre vuelo y vuelo, pero ésta coincidió con uno de los cinco rezos diarios,
así que observar cómo una parte de los pasajeros sacan una mini alfombra, la
tiran al suelo y comienzan a rezar allí mismo ya te deja un poco extrañado. Además
claro, de que prácticamente la totalidad de las mujeres presentes en la sala de
embarque ya van vestidas con su abaya…
Pero, ¿qué es eso
de los rezos y la abaya?
Respecto a lo
primero, diariamente hay cinco rezos, de distinta duración y cuyo comienzo varia
de un día a otro. Supongo que esta variación está marcada por el calendario
musulmán, que es un calendario lunar. ¡Por cierto, que según este calendario,
nos encontramos en estos momentos en el año 1433! Plena Edad Media… y vaya que
lo parece.
Como iba
diciendo, hay cinco rezos diarios y todo el país gira en torno a ellos, ya que durante
los mismos, las tiendas, bancos, restaurantes y bares, supermercados u oficinas
cierran y dejan de trabajar. Así que hay que tenerlos muy en cuenta para no ir
al centro comercial por ejemplo y encontrártelo cerrado. También puede ser que
te quedes encerrado mientras haces la compra y tengas que esperar a que termine
el rezo y abran de nuevo para poder pagar y volverte a tu casa. En cambio, en
otros sitios, como oficinas de bancos o algunos restaurantes, es normal que te
echen unos minutos antes y tengas que volver más tarde.
Mujeres con la abaya |
Por otro lado, la
abaya es la vestimenta obligatoria que deben llevar TODAS las mujeres. Se trata
de un velo negro que las cubre de la cabeza a los pies, tal y como podéis ver
en esta fotografía. Algunas dejan que se les vean los ojos, otras no, unas
prefieren no llevar guantes o las hay que los llevan, no vaya a ser que podamos
ver un trocillo de piel…
Muchas veces el que vayan más o menos cubiertas
depende del deseo y tolerancia de su marido, no de ellas mismas.
De todos modos, si
algo tiene este país son contradicciones, y el tema de la vestimenta no iba a
ser distinto. Echadle un vistazo a este artículo del 2009.
Leyes como la del rezo o la abaya hay mil, pero…¿quién
vigila porque se cumplan? Pues para eso está la Mutawa, que es la policía
religiosa. Ellos se aseguran de que las tiendas cierren durante los rezos, que
las mujeres vayan cubiertas por completo o que hombres y mujeres que no tengan
nexos familiares no se les ocurra viajar juntos. Hay que tener en cuenta que la
forma de gobierno en Arabia es la teocracia, de ahí que haya tal cantidad de
leyes religiosas. Es curioso enterarte de la de cosas que están prohibidas en
este país. ¡Ya os contaré!
Pero bueno, volvamos
al viaje y llegada a Riyadh.
Una vez embarcado
y subido al avión fue cuando de verdad me di cuenta que definitivamente ya no
estaba en Occidente, que el extraño entre abayas, velos y palestinos (Guthra)
era yo y que simplemente había pasado a ser un Western más. No sé si a todo el
mundo le pasará lo mismo, pero mi primera reacción inconsciente fue la de
buscar gente occidental sentada en el avión, como si eso mejorara la situación.
Está claro que no tiene mucho sentido, ni es algo racional, pero por alguna
razón el ver si había más personas similares a mí y menos a lo que llevas toda
la vida viendo en ficciones como Homeland, tenía cierto efecto tranquilizador.
Es una chorrada, claro está, pero así fue.
Algo que tampoco ayudó
mucho fue el tipo inmenso que se sentó a mi lado y que no tardó ni dos minutos
en desplegar la bandeja del asiento delantero, apoyar sus manos sobre la misma
y comenzar a rezar y darse cabezazos. Ritual que llevó a cabo durante las tres
horas y media de vuelo. Por no parar, ni siquiera comió, no fuera a ser que el
de ahí arriba se moleste ante tal sacrilegio. Y claro, serán prejuicios o lo
que queráis, pero acojona… sobre todo siendo la primera vez. Entre eso, mi
miedo irremediable a volar y un montón de tías con sus abayas que estaban
sentadas cerca de mí, pues no es que fuera un viaje muy agradable.
Eso sí, ni dos
minutos tardé en darme cuenta de la poca educación y civismo que tienen los
sauditas. No sé por qué, pero pensaba que el hecho de llevar esas vestimentas
tradicionales, digamos de aspecto tan honorable, se vería reflejado en un
comportamiento público acorde a las mismas. ¡Pues nada más lejos de la
realidad! Así, al levantarme para ir al baño del avión me encontré con dos
señoras descalzas apoyando sus pies sobre el respaldo de delante, casi tocando
la cabeza del pasajero en cuestión. Y ya no es sólo eso, es que se comen unas
galletas y tiran las envolturas al suelo, o un trozo mismo de galleta si no
tienen más ganas, o lo que tengan en las manos, papeles, plásticos... Ya
aterrizados me esperé para salir uno de los últimos y al echar un vistazo atrás,
el avión parecía una auténtica pocilga, como si hubiera estado semanas sin limpiarse.
Y lo peor es que no
hay que esperar mucho para darse cuenta de otra de sus características que los
distingue. El Racismo.
Sí, no sé a
vosotros, pero a mi es algo que me chocó y mucho. Estás acostumbrado a que el
racismo que has observado durante toda tu vida, o una parte del mismo, haya
estado enfocado precisamente hacia los musulmanes. Y ahora, de pronto,
descubres que ellos, al menos los sauditas, lo son… y mucho más de lo que os
podáis imaginar. A los Occidentales nos respetan, consideran que son superiores
a nosotros, pero por razones de conveniencia no nos tratan mal, al menos
mediante organismos oficiales. Pero los hindús, pakistanís, filipinos… son
considerados claramente inferiores, escoria, y así es como son tratados.
Evidentemente es algo de lo que tomas conciencia todos los días, pero nada más
llegar y pisar suelo saudita, lo ves en todo su esplendor. Como si quisieran
mostrártelo y presumir de ello.
Recoges tu
maleta, te diriges al paso de la aduana y ahí lo tienes, tal cual. La aduana es
igual a la de cualquier otro aeropuerto, con sus cabinas de inspección y colas
correspondientes. El tema es que de esas colas, los sauditas y occidentales
tienen reservados dos o tres de ellas, las cuales avanzan con bastante rapidez.
Sin embargo, los pakistanís y demás “escoria” deben dirigirse a otras distintas,
las cuales, os puedo asegurar que apenas si avanzan. De hecho, en los 20-30
minutos que yo tardé en enseñar mi pasaporte, y durante los cuales pasó
prácticamente todo nuestro vuelo, solo en una de esas filas hubo una o dos
personas que pasaron.
Así que podéis
imaginaros el espectáculo. En esas colas la gente literalmente acampa durante
horas esperando poder enseñar su pasaporte y entrar. Simplemente porque no les
da la gana de atenderles y les resulta muy divertido tenerlos ahí puteados.
Según me han contado es normal que llegue uno de los policías de la aduana y
por reírse un rato con sus compañeros le ordene a los primeros de una de las
fila (que llevan horas esperando) que se pasen a la de al lado, ocupando la
última posición.
Yo, como buen
occidental, no tuve ningún problema a la llegada. Todo fue rápido, mi maleta no
sufrió percance alguno y ni siquiera me ordenaron abrirla para registrar mi
ordenador o discos duros en busca de porno, o analizar comidas en busca de
alcohol o carne de cerdo. Lo cual es lógico, puesto que estaban todos muy
ocupados analizando las maletas de la poca “escoria” que había conseguido pasar…
Una vez salido de
la aduana me estaba esperando un conductor de la empresa con su cartelito y mi
nombre impreso. Eran las doce de la noche y nada más salir al parking, zas… ¡primera
bofetada! ¡Cuarenta grados de temperatura! Y yo que pensaba que en el desierto
refrescaba por las noches…
El conductor me
llevó directo al compound, pero durante el trayecto en coche pude darme cuenta
de lo loca y peligrosa que es la conducción aquí… y de la majestuosidad de
muchos de los edificios. Recorrimos todo el perímetro de la Princess Noura
University, universidad para mujeres, que tiene varios kilómetros de longitud y
unos auténticos monumentos con bóvedas y fuentes de película. Las fuentes por
cierto las diseña y construye una empresa española. También ves montones y
montones de escombros amontonados por todos lados, al borde la carretera, que te
deja la impresión de una ciudad en plena reconstrucción tras algún tipo de
conflicto. Y todo es porque no llevan los sobrantes de las obras a un
vertedero, sino que los dejan ahí apilados en la parcela de al lado. Penoso.
Una de las piscinas al aire libre |
Para los que no
lo sepáis, un compound es un complejo residencial habitado normalmente por
Occidentales. Estas urbanizaciones están prácticamente amuralladas, separadas
por completo del “mundo real”. Para
entrar en las mismas tienes que presentar la acreditación correspondiente y
pasar un fuerte dispositivo de seguridad, aunque el de nuestro compound deja
mucho que desear.
El gimnasio |
La entrada está vigilada por soldados del ejército saudita, que se encargan de inspeccionar el motor, maletero y bajos de tu coche en busca de artefactos explosivos. Además, los metros anteriores los recorres haciendo eses, sorteando barreras de hormigón armado, dispuestas de forma que no puedas coger suficiente velocidad… imagino que de cara a evitar posibles ataques kamikazes. Aquí os dejo un par de posts subidos por un compañero del compound, donde explica todo este tema y muestra fotos e incluso un video muy clarificador (está totalmente prohibido hacer fotos a soldados y vehículos del ejército… mucho más videos):
Jardines entre apartamentos |
¿Qué tiene de bueno un compound?
Pues en el compound puedes llevar una vida totalmente
normal. Bueno, mejor llamémosla occidental o parecida a la de España. Para
empezar, la policía religiosa no puede entrar en el mismo, tampoco la no
religiosa. Así, las mujeres visten como quieren, sin la abaya, y no es
obligatorio que vayan acompañadas de su marido o padre (tutor legal). Nuestro
compound dispone de restaurantes, piscinas, dos al aire libre y una cubierta,
gimnasio, sauna, squash, mini-market, pistas de tenis, futbito y baloncesto,
billares, ping-pong, videoclub...
El estudio en el que vivo (I) |
Por otro lado,
los apartamentos no son especialmente lujosos. Hay varios tipos: estudios,
estudios dobles, apartamentos de dos habitaciones y chalets. Ya os podréis
imaginar que el chalet está muy pero que muy bien, así como los apartamentos de
dos habitaciones. Yo vivo en un estudio, que es chiquitito y un poco cutre,
pero que a mí me sobra y para nada estoy incómodo. Hay internet disponible y
veloz, aunque un poco caro y también un aire acondicionado muy ruidoso pero
necesario para poder vivir, incluso durante la noche.
El estudio en el que vivo (II) |
El estudio en el que vivo (III) |
Uno de los
inconvenientes que tienen es su precio excesivo. Por ejemplo, por lo que pagas
por un estudio como el mío puedes tener sin problema una buena casa fuera del
compound. Sin embargo, está claro que a los occidentales les merece la pena y
prefieren pagar esos precios, puesto que la demanda es tan grande que las
listas de espera llegan incluso al año.
Creo que por hoy ya está bien. Intentaré escribir con
asiduidad e ir contando muchas otras cosillas, como la comida, la prohibición
de alcohol y alcoholes de cosecha propia, las oficinas, restaurantes o la
fascinante experiencia de conducir cada día…
Como indica la
cabecera de este blog, en él escribiremos tanto yo como mi mujer, firmando bajo
seudónimos, Mowgli y Roquillo respectivamente, por motivos de seguridad. En
principio, sobre Arabia seré yo quien escriba, puesto que ella aún está en España.
El objetivo es que pueda venir lo antes posible y que los papeles y visados no
se alarguen demasiado. A ver si podemos explicar más adelante todo este tema de
residencias permanentes y demás papeleos que puedan interesar a quienes busquen
información y no consigan encontrar nada que les sirva.
Mowgli |
En lo personal me
está encantando la experiencia de conocer un país y una cultura tan diferente.
La adaptación va muy bien y creo que no estoy teniendo problemas en ese
sentido. Me he hecho ya con mi rutina de trabajo, el ir al gimnasio o quedar
con la gente para comer algo o ir de compras al supermercado. Está claro que no
es un país en el que pasar el resto de tu vida, pero ojalá pueda quedarme un
tiempo largo y disfrutar de los aspectos positivos que te ofrece el trabajar y vivir
aquí, más ahora con la que está cayendo en España.
Oeeeeee!! Por fin un post. Mola enterarse de cosas de allí, estoy deseando saber más sobre la cultura Saudí, las leyes religiosas y todo lo que te parezca curioso de aquellos lugares, un saludo :)
ResponderEliminarMy weapon!! Que alegría verte por aquí, jajaja.
EliminarYa iré contando mas estos días. Ha costado empezar y escribir el primero, pero a ver si subo al menos una o dos entradas sobre Arabia a la semana, de hecho posiblemente el miércoles escriba una.
Un abrazo nen!!
Intenté sin éxito dejarte un comentario en esta primera entrada cuando me diste la dirección del blog. Quería enviarte mi apoyo para esta nueva etapa que has comenzado, en la cual dejas ver ya que te está suponiendo un giro inexplorado y, de ahí, que de momento se te perciba emocionado con toda esa serie de cambios que estás viviendo.
ResponderEliminarConfío en que sea y siga siendo así. Porque la vida puede ser maravillosa...
Un saludo, Sevi.
Qué alegría verte por aquí!!
EliminarEspero que entres de vez en cuando en el blog y sigas dejando algún que otro comentario. En cierto modo es como mantener el contacto... además, estoy seguro que te encantará leer lo que vaya contando, saber cosas nuevas, conociéndote!
Ojala nos veamos pronto por Granada. Ya sabes lo que la echo de menos... y a todos vosotros. Habrá que tomarse unas buenas cervezas por Pedro Antonio! :-)
Un abrazo James.
Quillo!!
EliminarAcabo de ver que tienes blob tú también!! Qué callaíto te lo tenías... :-P
A ver si le echo una buena ojeada.
De nuevo, un abrazooo!
Ja, ja, ya sabes que soy así de reservado...
EliminarComo dices, intentaré ir dejándote comentarios de vez en cuando para que tomes conciencia de mi paso por tu bitácora.
Sea en Granada, Sevilla o cualquier otro lugar, volveremos a vernos las caras. Un abrazo para ti también. ¡Cuídate!